Al momento de su desembarco en Puertos, lo hizo con el respaldo de una encuesta realizada entre los vecinos, que reveló que entre los rubros más requeridos estaba el de librería. “En ese momento nos convocaron para abrir un local, en Manzana 1, hasta que el año pasado tomó impulso el proyecto del paseo de compras y, en marzo de este año, nos mudamos al sector donde se concentra toda la oferta de servicios para la gente de Puertos y alrededores. Somos un lugar de destino donde los vecinos pueden resolver necesidades básicas, no solo escolares sino también de regalería, oficina e impresiones. Al encontrarnos rodeados de otros rubros, el beneficio del que disfrutamos es tener un mayor tráfico de gente. Hace cinco años que estamos instalados acá y somos un local con el que los vecinos se identifican”, cuenta Eduardo.
Los colores vibrantes invaden el local, y la variedad de cuadernos, papeles, lápices, cartulinas y mochilas son solo una parte de lo que se puede encontrar. La oferta de productos y servicios de Matilda se amplía al ritmo del crecimiento de Puertos.
“Apostamos cuando Puertos recién comenzaba a crecer y seguimos haciéndolo, porque creemos en el proyecto. Se ha convertido en un polo muy atractivo donde cada vez se mudan más familias. Ya lo habíamos vivido en Nordelta, donde, a partir de que se instaló el centro comercial, empezó a generarse un movimiento donde crecían la construcción de casas y la mudanza de la gente. Además de seguridad, tranquilidad y vida en la naturaleza, las familias buscan la comodidad de resolver sus compras en los comercios de cercanía. Nuestros locales están ubicados en centros comerciales de barrios cerrados, lo que nos permite conocer bien la dinámica de las familias, que es muy distinta a la de vivir en Capital. Es fundamental poder resolver en un solo lugar la mayor cantidad de necesidades, sin tener que ir al centro de Maschwitz. La idea de concentrar los servicios en un solo punto es una buena estrategia.”
La sucursal de Puertos trabaja con el mismo lema que sus antecesoras: “Encontrá todo en un solo lugar.” En este sentido, Eduardo señala que dentro de un rubro tan amplio como el de la librería, se vuelve indispensable además brindar servicios. “Además de la parte escolar, que incluye los materiales que piden los colegios, y en función de nuestro lema, ofrecemos servicios de copiado, impresiones, fotocopias, anillados, plastificados, todo lo que hace a la parte de gráfica, que es un servicio cada vez más demandado, porque cada vez son menos las familias que tienen impresoras domésticas.”
El local incluye una parte, cada vez más importante, de regalería infantil, donde se destaca una gran variedad de juegos didácticos para estimular la creatividad y la motricidad fina. “Con tantos chicos dentro del barrio, desarrollamos esa sección porque siempre se necesita un regalo para el cumpleaños de un amigo de fútbol o una compañerita de hockey. No es una línea de juguetes caros, pero ofrecemos diferentes opciones para que puedan elegir.”
Al mirar detenidamente se puede comprobar la amplitud del rubro a la que se refirió Eduardo: materiales de dibujo y arquitectura, lapiceras de alta gama para escritura fina —que pertenecen a un segmento de regalería para adultos— y también artículos de artística, con variedad de bastidores, pinturas de diferentes tipos y texturas y pinceles disponibles todo el año. “Tenemos todo para desarrollar las primeras experiencias artísticas de pintura. Hay muchas personas que tienen como hobby el arte. Dentro de lo que es Matilda, fomentamos mucho la creatividad: en otros locales tenemos talleres y hacemos eventos habitualmente de distintas disciplinas como pintura, acuarela, cerámica, distintos tipos de manualidades y diferentes temáticas. Aquí hemos participado de los eventos que se organizan en fechas especiales, como el Día de las Infancias. Armamos mesas de coloreo para que puedan participar los chicos.”
Con sus siete locales funcionando todo el año, el sistema de trabajo implementado les permite ofrecer todos los artículos de librería y hacer envíos a todo el país a través de su tienda online. “Trabajamos en red con el resto de los locales; entonces, a medida que surge la demanda de algún elemento en particular, si no lo tenemos disponible en el local, nos encargamos de llevarlo a domicilio al día siguiente.”
El trabajo en red se extiende a los colegios que funcionan dentro de Puertos. “Trabajamos con todos los colegios de Puertos y tratamos de sincronizar para abastecerlos de los materiales que solicitan. Es importante siempre disponer del surtido y la cantidad que demanda cada establecimiento. Muchas veces ocurre que algún docente pide, por ejemplo, una cartulina de determinado color y quizás necesitamos sesenta; entonces tratamos de estar en línea para tener el stock requerido en el momento. La idea es trabajar junto a los maestros para que la gente no tenga que ir a comprarlo fuera de Puertos y poder cumplir con lo que requieran las actividades masivas. Los colegios siguen creciendo, cada año aumentan la cantidad de inscriptos y eso es un buen síntoma de cómo crece y avanza este lugar.”
Los horarios de atención son muy amplios. “Abrimos también los domingos, en un horario más acotado, porque siempre falta un mapa un domingo a la tarde. Esto lo sabemos todos los que hemos tenido hijos”, asegura entre risas.
“Tratamos de priorizar la relación con nuestros clientes y, en ese sentido, trabajamos mucho con el personal en cuanto al tipo de atención que queremos brindar, porque nuestros clientes no son ocasionales: vienen todas las semanas a buscar algo. Para nosotros es muy importante, en este momento donde todo se resuelve online, que la gente reciba asesoramiento, información y una atención cálida. Creo que es un éxito de nuestra empresa tener esa mirada. Muchas veces nos pasa que conocemos a los chicos cuando empiezan la primaria y hoy vienen solos, porque están terminando la secundaria o empezando la facultad. Matilda los ha acompañado en toda su vida escolar, y que nos sigan eligiendo nos llena de orgullo.”
Adentrarse en Matilda es un placer tanto para aquellos que se dejan seducir por el diseño como para los más exigentes, que buscan mucho más que papel y lápiz al momento de elegir artículos de papelería o escritura. Las opciones van desde cuadernos muy económicos hasta aquellos que incluyen una aplicación que permite subir todo el contenido de las clases a la nube. “Hay de todo en cuanto a diseño y fantasía. Lo mismo en cuanto a escritura, tanto para niños como para adultos. Tenemos desde bolígrafos con flores o animalitos a opciones muy refinadas para adultos. De la mano del diseño, el consumidor se vuelve más exigente y busca algo más que algo para escribir en cuanto al tema papel o lapiceras. Lo vemos en un producto que, justo en esta época del año, llega a su temporada: las agendas. Las más básicas que se vendían años atrás se actualizaron y dieron lugar a los modelos actuales, que son prácticamente como un libro. Ahora incluyen recetas, información de vida, stickers, sobres. Tienen mucho contenido, incluso páginas para colorear. Los cambios evolutivos en un producto son muy grandes. En un momento pensamos que las agendas iban a desaparecer, por el uso que le damos al celular, pero, al contrario de lo que creíamos, cada vez se usan más, y no solo como un acompañamiento para anotar fechas y actividades, sino para informarse y disfrutar en los momentos de ocio”, comenta Eduardo mientras señala una vidriera donde ganan protagonismo, por sus diversas temáticas, tamaños, detalles y formatos.
MATILDA
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