Con un entusiasmo contagioso, Victoria Podavini, está al frente de la organización. A sus veinticinco años, habla con la seguridad que le aporta su sólida formación, pero también con la alegría de haber concretado un deseo largamente proyectado. "En 2022 nos mudamos a Araucarias, somos vecinas de Puertos. Es un placer venir y volver caminando de casa al taller, o hacer el trayecto en bicicleta. Estudié cuatro años de arquitectura y después me pasé a interiorismo. Aprendí muchísimo en arquitectura, eso me permite hacer un montón de cosas, pero a mí me gusta el interior. Tenía que ver estructuras de cosas muy grosas, cuando ya sabía qué quería otra cosa. En paralelo a eso, a mi mamá le encanta el arte. Además de ser profesora de cerámica, estudió Bellas Artes y le encanta la decoración. Nuestra casa, donde se iniciaron las clases antes de instalarnos acá, era un mini museo de obras y objetos hechos por ella, estallada de jarrones de cerámica.
En el hogar familiar Natalia Denegri empezó con un primer grupo de cerámica que se fue expandiendo. "Empezó a repercutir dentro de Puertos con el boca a boca entre los vecinos... Surgió eso de "voy caminando, te paso a buscar" ... Puertos tiene dos públicos bien diferenciados, los matrimonios jóvenes con hijos chicos o personas ya jubiladas y ambos nos transmitieron la búsqueda de una actividad, de alguna conexión", recuerda Victoria sobre esos comienzos.
A ese boca en boca le siguió la oportunidad de abrir un espacio con la posibilidad de hacer algo diferente. "Aunque no es un shopping que ofrece una pasarela de gente constante viendo el local, somos las únicas con este tipo de emprendimiento. Mi mamá se sintió feliz, porque al vivir acá todo podía resolverse de manera simple, no teníamos que hacer un traslado y además ya tenía en Puertos a todas sus alumnas, no era que las tenía que mover a otro lugar, que eso muchas veces te lleva a perder alumnos. En ese momento, me dijo:" quiero enseñarles toda la técnica... Ahora sus alumnas después de hacer cuencos y platitos, hacen jarrones inmensos... Se forman grupos lindísimos, traen y comparten budines, preparan el mate, toman café ... Hacen catarsis, se escuchan las risas...es muy lindo ver a los grupos. A fin de año haremos una muestra".
Cuando se habla de los beneficios de las clases de cerámica, se enumera la reducción del estrés y la ansiedad, el desarrollo de la paciencia y la concentración, pero también la conexión comunitaria. Una cualidad que Victoria destaca en los talleres que dictan: "Se forman mini comunidades de alumnos, que después se convierten en amistades. A veces, cuando aparece la frustración en el proceso de crear, lo que ocurre es que se espera el momento de la clase, para tomarlo como un momento propio, para salir de las ocupaciones o las preocupaciones de la casa o el trabajo".
El primer paso fue abrir el taller de cerámica con clases tanto en mesa como en torno, que incorpora también la técnica de gres. Estas disciplinas no solo amplían las opciones para quienes eligen aprender, sino que permiten a los alumnos experimentar, jugar y desarrollar su creatividad al máximo.
Con el proyecto en marcha, el crecimiento llegó de inmediato. "Yo le plantée a mamá, amplificar un poco la propuesta, para que no sea solo cerámica. Que sea otra experiencia. Que la gente entre y tenga la parte del taller, pero que se genere curiosidad desde la plaza. Se nos ocurrió instalar algunas sillitas para que la gente se sentara a tomar un café, mientras miran como hacen torno, porque esto se transformó en una gran vidriera. Los sábados, se llegan a juntar hasta treinta personas para ver trabajar a los profesores. No es habitual ver el trabajo con el torno. Tenía claro que quería que el taller brindara calidez y generará el deseo de volver. Pero también quería que tuviese piezas de otros artistas ... y ahí empezamos a pensar más ideas. Colaborar con artistas nacionales, que vengan escultores que hagan madera o escultores de cerámica, que realicen otros tipos de piezas. También sumamos cuadros... Mucha gente pasa a tomar mate, porque estamos casi frente a la laguna, se sientan a mirar cómo hacemos torno, dan un paseo. Se generó ese tipo de movimiento. Como acabamos de abrir, hay días en que está más calmo, pero ha sido cien por ciento positiva la recepción. Los que ven nuestro taller, se sorprenden cuando entran y ven todo lo que hay dentro del espacio" describe.
Aunque podría decirse que es un local de decoración y mobiliario, se percibe de inmediato que Victoria incorporó su mirada de interiorista, para integrar el arte en los espacios. Allí, cada objeto es cuidadosamente seleccionado: desde los aromas y los textiles naturales hasta los muebles a medida y la iluminación decorativa. La propuesta incluye piezas únicas, tanto artesanales como de diseño, pensadas para aportar calidez, personalidad y funcionalidad a todo tipo de ambientes.
En el exterior del local las mesas tienen los códigos QR de Orá Café, allí se dictan las clases para niños. La colaboración fortaleció el vínculo con comercios vecinos y permite a los visitantes disfrutar de una experiencia más completa: saborear un café de especialidad mientras observan una clase de cerámica, recorren el local o simplemente contemplan la laguna.
El ochenta por ciento de las consultas que reciben son de personas interesadas en las clases de cerámica. "Notamos que nos quedó chico, porque alrededor de cien personas se quedaron sin poder acceder. Estamos pensando hacer talleres de vino y cerámica o de merienda y cerámica, que no sean mensuales. Mucha gente quiere venir a la actividad y solo puede los fines de semana. Venís caminando, tenés la laguna, es bellísimo. La cercanía con el Malba, también sorprende a los visitantes, porque estamos muy cerca del pabellón donde están las esculturas de Gabriel Chaile, sin que lo hubiésemos pensado hay una conexión muy especial. Viene mucha gente de Capital Federal y de Pilar, San Isidro, Vicente López a conocer el museo. Es un entorno privilegiado, con otra profundidad, con una mirada que va más allá del consumismo. Lo que se ha generado es artístico".
En este momento de la charla, se incorpora Natalia, la mamá de Victoria y con el mismo entusiasmo que su hija, destaca la importancia del Malba. "Lo que funcionó y le dio esta apertura al arte en nuestro local es el Malba. La gente que viene a conocer o visitar el museo, cuando pasa, indefectiblemente entiende de qué se trata nuestra propuesta. Nos viene super bien que esté el Malba al lado".
"El museo nos potenció. Quizás si nos instalábamos en el centro de Escobar no teníamos esta visibilidad. No podés instalar un local solo de arte. Me dedico a armar proyectos integrales de interiorismo, pero hay que ser selectivo en cuanto a lo que apuntás vendiendo arte. No lo podés hacer en cualquier lugar. Hoy con la realidad del país, no cualquiera entra y se compra un cuadro o una escultura. Por eso me pareció que era un lugar excelente para armar una mirada artística, además del taller. Sobre todo porque hay unas piezas escultóricas increíbles y se puede dialogar mucho con los clientes. Es un ida y vuelta donde todo fluye. Que esté el museo acá nos aporta un montón, porque nuestro local no queda desencajado. Está clarísimo que Puertos apunta a lo artístico, por eso no es casual que hayamos integrado esta parte artística".
A poco de instalarse, Nato Pottery ha generado un boom por la cerámica. La prueba de ello es que los talleres tienen ciento veinte alumnos y otros cien, esperan una vacante para comenzar a tomar clases. "Mamá me dijo: "Yo no sé si sola voy a poder encarar el manejo de un taller completo con profes. Me voy a asociar con Tobías porque es un crack, con una proyección impresionante y con ideas nuevas. Es muy emprendedor y siempre tiene ganas de hacer cosas". Esta decisión nos nutrió muchísimo, porque junto a Tobías llegó Jazmín, su novia que también es profesora de cerámica y hace vajilla. Entre los tres crearon un dinamismo en la dirección del taller, que se siente en un impacto súper positivo. Los fines de semana ellos vienen a hacer torno y son una atracción, porque la gente se queda súper enganchada al verlos. Compartimos mucho tiempo los cuatro juntos y disfrutamos mucho de compartir momentos fuera del taller. Muchas personas vinieron buscando un lugar para tomar clases con Tobías, muchos vienen a conocernos porque él está súper instalado desde hace siete años, tiene mucho público. La idea de mi mamá fue muy acertada, muy inteligente, al asociarse con gente que sabe, tiene experiencia, aporta otra mirada y diferentes propuestas. Mientras ellos Tobías y Jaz dan las clases de torno, mi mamá da en mesa. Entre los tres, han logrado que el taller funcione muy bien"
Natalia disfruta del espacio que crearon y no deja de agradecer el dedicarse de lleno a lo que es su pasión. "Estoy feliz, porque desde que empecé a hacer mis obras en particular, quería exponerlas. Es muy difícil entrar en este mercado. Quería que la gente vea el arte, que lo sienta, que vea cómo es el proceso. Quería poder exhibir lo que hago, lucirlo. La pasta con la que trabajo, la formulo yo. Las cosas dejan de ser productos, porque el proceso le agrega historia. Nuestros talleres están enfocados y personalizados de acuerdo a si están trabajando en mesa o en torno. Es algo que me enorgullece. Y nada mejor que este contexto, porque el lugar es divino. Tenemos un lago hermoso al lado. Todo lo que conlleva el lugar en el que estamos, es maravilloso. La verdad es que no puedo quejarme de nada. Primero porque estoy haciendo lo que amo, en un lugar increíble, mis alumnas viven acá y además, se ha creado una comunidad con el resto de los comerciantes. También estoy muy contenta porque pude abrir un segundo taller de cerámica en Pilar, en la Galería Las Piedras, de tanta demanda de clases que hay. Soy una agradecida, realmente..."
El tema de los precios no es menor, pero la propuesta fue pensada para ser también accesible. "Tenemos variedad, podés llevarte una vela desde $25 mil, también podés encontrar una de más de cien mil, porque es una escultura. El margen de precios es amplio, porque más allá de que pueda parecer súper exclusivo, queremos que todos puedan elegir algo. La gente nos elige para regalar, tratamos de ser accesibles al público, tener precio-calidad. Así como podés encontrar un almohadón de $45 mil de tussor, tenés otro de lana natural, de Santiago del Estero que te sale $200 mil, artesanal, hecho por una telera, y comprado a través de Cáritas, para colaborar con las obras que necesitan las comunidades. Valoramos la cuestión de lo natural y lo artesanal. Por ejemplo, mi papá trajo tierra de Misiones para hacer jarrones con una tierra especial. Tenemos textiles de Santiago del Estero teñidos con yerba mate, con cáscara de cebolla. Tratamos de aportar, desde los objetos que vendemos a un círculo virtuoso. También a la sustentabilidad, aunque nosotros no vendemos café, tenemos una máquina y las cápsulas que utilizamos, mamá las fue reciclando e hizo un cuadro con esos restos de café. Lo que tiene de bueno la cerámica es que todo el tiempo se recicla. No hay mucho residuo. Lo que no sirve al realizar una pieza se vuelve a usar. En torno, ocurre lo mismo. todo el resto que va quedando lo amasás y tenés de vuelta arcilla para volver a utilizar".
Entre las cosas nuevas que proyectan se viene un taller de alambrismo y otro de joyería, con Carla Becerra, una artista que hace piezas orgánicas y expone en el Malba de Capital. Además, muchas colaboraciones con artistas, a precios muy razonables. "Este espacio nos abrió a muchos artistas, porque en cuanto decimos que estamos en Puertos, no dudan en sumarse, porque entienden la proyección que hay", comenta Victoria.
De mirar las revistas de decoración juntas y apensar qué iban a hacer con tantos ejemplares que se apilaban en su casa, a esta realidad pasaron algunos años. "Nosotras no nos imaginábamos instalar nuestro taller y local de decoración acá. Hablábamos siempre con mi mamá, de crear nuestra marca y hacer mobiliario, pero ni pensábamos, se dio de una forma inexplicable. Al principio, tuve mis dudas, porque tenía otro trabajo donde me sentía tranquila, cómoda y contenta y me costó decidir si daba el salto. Pero después pensé que pocas veces se me iba a dar esta oportunidad... Era empezar de cero, en un lugar nuevo, quizás porque siempre estamos acostumbrados a integrarnos a un lugar donde hay una forma, una metodología de trabajo funcionando y está todo armado. Acá se planteaba empezar de cero, organizar, pasar a trabajar directamente con un contador. Lleva su tiempo. Pero la verdad es que fue la mejor decisión que pude haber tomado. Para mi mamá también era un desafío, porque pasaba de tener un taller en casa, con un grupo de alumnas, a montar un taller en una vidriera de un paseo", cierra Victoria.
"Para mi es el logro más grande estar con ella, porque siempre quisimos estar juntas haciendo esto", dice Natalia, sin poder ocultar la alegría.
NATO POTTERY
Estudio Cerámico
HORARIOS
Local: Lunes a sábados de 10 a 18
Talleres: Lunes a sábados de 10 a 20
Whatsapp: +54 911 3877 5877
Instagram: @natopottery
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